viernes, 5 de abril de 2013

Puede que entonces ya sea tarde.


A veces, cuando quieres coger un tren que pasa cada tres horas, te tomas mucha prisa, porque si lo pierdes, tienes que esperar tres horas. Cuando pasa cada diez minutos, nos da igual si lo perdemos, porque sólo tendremos que esperar diez minutos para que llegue el próximo. 

La vida es como un tren que pasa cada segundo. No nos importa perderlo, porque habrá muchos más y lo podremos coger cuando queramos. Y entonces siempre dejamos las cosas que nos gustan para otro momento.

Y cuando nos damos cuenta, puede que ya sea demasiado tarde y el horario de los trenes ya no sea el mismo.